Cualquier amante del vino suele jactarse de dar con alguno capaz de sorprender a su paladar. Ya sea optando por un vino gran reserva – de esos que se quedan grabados en la memoria– o buscando el mejor vino reserva, el objetivo no es otro que el placer de degustarlos. En Protos tenemos dos claros ejemplos de ese tipo de vinos que nunca pasan desapercibidos gracias a su gran calidad: Protos Gran Reserva y Protos Reserva. Ambos son excelentes, pero ¿qué diferencias hay entre ellos? Te las contamos.
Antes de pasar a detallar en qué se distinguen, valoremos las características principales de cada uno. En el caso del Protos Gran Reserva, son las siguientes:
Otras características: color rojo cereza oscuro, elaborado con vendimia manual en una caja de 20 Kg., maceración con hollejos y fermentación a 28ºC durante 28 días. Su temperatura de servicio óptima ronda entre los 14ºC y 15ºC.
En cuanto al Protos Reserva, también nos referimos a sus características:
Otras características: color rojo cereza oscuro, elaborado con vendimia manual en cajas de 20 Kg., maceración con hollejos y fermentación a 28ºC durante 24 días.
Así pues, como podemos comprobar, los diferenciamos principalmente por los años de crianza del vino reserva o gran reserva. Por si no lo sabes, en el caso de los primeros este periodo tiene que ser como mínimo de treinta y seis meses de los que, al menos doce, habrán permanecido en barricas de madera de roble y, en botella, el resto de dicho periodo, mientras que en el caso de un gran reserva, los vinos tintos deberán someterse a un período mínimo de envejecimiento de sesenta meses de los que, al
menos veinticuatro, habrán permanecido en barricas de madera de roble y en botella, el resto de dicho periodo, tal y como hemos podido comprobar en los dos vinos de Protos.
Sus diferencias de sabor y aroma también influirán en el maridaje. Si hablamos del Gran Reserva, combina mejor con carnes de todo tipo pero especialmente de caza. Por su parte, el Protos Reserva irá bien con entrecot, chuletón y solomillo acompañado de una sencilla guarnición.
Como no puede ser de otro modo, sus semejanzas también son muchas. A fin de cuentas, comparten el mismo origen: la uva 100% Tempranillo y D.O. Ribera de Duero. Asimismo, tienen un color parecido (rojo cereza oscura) y su temperatura de servicio ha de oscilar entre 15ºC y 16ºC en ambos casos.
Eso sí, si en algo se parecen es que ambos vinos gustan en cualquier cata, así que todo momento es bueno para comenzar a disfrutarlos. De hecho, te recomendamos que tú mismo aprecies sus exquisitas diferencias.