Puede parecer un mito o incluso una excusa para beber alcohol, pero lo cierto es que los beneficios del vino son más numerosos de lo que crees. Y es que, además de ser un acompañante perfecto para nuestras veladas, cuenta con una serie de características que repercuten positivamente a nuestra salud.
Esto es debido a las propiedades que poseen las uvas y a cómo se hace el vino, es decir, al proceso que convierte el mosto en el caldo que todos amamos.
No obstante, tal y como recordamos en cada una de las visitas que recibimos en bodegas Protos, el enoturismo y el buen vino es para disfrutarlo siempre con precaución. Veamos entonces cuáles son las propiedades del vino y cómo benefician a la salud.
Una de las propiedades del vino más positivas es su alto contenido en antioxidantes, los cuales ayudan a prevenir demencias y enfermedades degenerativas en nuestro cerebro, tal y como exponen investigadores de la Universidad de Loyola Medical Center, que apuntan que los bebedores moderados son un 23% menos propensos a desarrollar demencia.
Además, mejoran el riego sanguíneo, ayudan a reducir inflamaciones y evitan el endurecimiento de las arterias. En definitiva, se trata de un gran aliado para mantener en buenas condiciones nuestro cerebro y lograr una mayor agilidad mental. Todo ello, claro está, cuando se toma en su justa medida.
Esto no significa que uno de los beneficios del vino sea hacerte adelgazar. Ni mucho menos, no se trata de una especie de milagro. Sin embargo, incluye resveratrol, un elemento que ayuda a contrarrestar el deterioro que puede producir el sedentarismo.
Según asegura en un estudio Mairena Martín, Catedrática de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Castilla La Mancha, el vino tinto es rico en moléculas con efecto antioxidante, entre ellas, polifenoles entre los que se encuentra el resveratrol; y dichas moléculas llegan a disminuir y hasta bloquear el estrés oxidativo.
De hecho, el vino activa un gen que ayuda en la depuración y eliminación de grasas. No obstante, su ingesta será beneficiosa siempre y cuando no se tome más de una copa al día y además se combine con ejercicio y una dieta equilibrada.
Otra de las principales características del vino es que ayuda a mantener la boca sana y a prevenir las enfermedades de las encías gracias a que posee polifenoles que evitan el crecimiento de bacterias. Y es que los componentes de las uvas pueden actuar como un auténtico protector bucal, ayudando a la cura de enfermedades como la gingivitis o dolores de garganta.
El hecho de que el maridaje sea diferente dependiendo del caldo no es casualidad. Cada tipo de vino favorece el sabor y características de unos platos u otros. El vino tinto, por ejemplo, posee uno de los beneficios más curiosos del vino: reduce el sabor de las carnes grasas, creando en su lugar una sensación de limpieza que alivia nuestro paladar. Además, favorece el fortalecimiento de la flora intestinal y el funcionamiento del aparato digestivo.
Una de las propiedades que más atrae a los amantes del vino es la liberación de endorfinas. Esta hormona provoca una sensación placentera de relajación, felicidad y bienestar. Eso sí, lo mejor para conseguirlo pasa por beber con moderación y combinándolo con ciertos alimentos.
Según un estudio de la Universidad de Harvard (EE.UU.), gracias a las propiedades cardioprotectoras del vino, este es un gran aliado para nuestro corazón (hasta un 30% menos de probabilidades de sufrir un ataque cardíaco). Es más, al ser rico en vitamina E nos ayuda a limpiar la sangre del organismo, así como a evitar coágulos, protegiendo los tejidos de los vasos sanguíneos.
Como apunta en un estudio Martin E. Weisse de la West Virginia University (EE.UU.), el vino sirve como protector antibacteriano, y debido a sus flavonoides, es un agente que ayuda a frenar los síntomas alérgicos. ¡Eso sí, nunca debe mezclarse con medicamentos!
A esto hay que añadir que ayuda a cuidar de nuestra piel. De ahí que se utilice como componente esencial en diferentes tratamientos especializados.
Un beneficio más es que evita que las bacterias se adhieran a nuestra vejiga o riñones, de modo que optimiza el filtrado de estos órganos gracias a sus propiedades antioxidantes y astringentes. Así pues, podemos decir que combate y ayuda a prevenir infecciones urinarias.
Aunque suene demasiado rotundo, hay que apuntar que sus propiedades antioxidantes también bloquean el crecimiento de células responsables del cáncer de pulmón o mama, tal y como aseguran investigadores de Cedars-Sinai Medical Center (EE.UU.). Obviamente, solo es una ayuda más que se puede conseguir con una dieta adecuada en la que el vino puede formar parte de una manera moderada.
Es más, el estudio “La salud de los hombres” que realizó la Universidad de Harvard apunta que los hombres que beben de cuatro a siete copas de vino tinto a la semana tienen un 50% menos de opciones de que les diagnostiquen cáncer de próstata.
El citado resveratrol es una sustancia química rica en antioxidantes. Esto hace que nuestro cuerpo cuente con una ayuda añadida para evitar que se formen coágulos ya que estaremos reduciendo el colesterol (malo).
Gracias también al resveratrol de las uvas, una copa de vino nos echa una mano en los días que nos encontremos más cansados.
Además no podemos negar que se trata de un buen elemento para la socialización, así que, prepara una ruta por nuestras bodegas Protos y comienza a disfrutar de sus beneficios. Y si tienes alguna de nuestras botellas en casa, no olvides conservar el vino adecuadamente no solo para disfrutarlo, sino para obtener todas las ventajas que le proporciona a tu organismo.