La Ruta de Ribera del Duero se extiende por las provincias de Burgos, Segovia, Soria y Valladolid y se ha situado en el tercer lugar de las más visitadas a nivel nacional. Esta popularidad se ha visto reflejada en el aumento del número de servicios adheridos, que ha crecido un 67,7% en los últimos cuatro años.
Además de viajar entre viñedos y probar los diferentes tipos de vino que allí se elaboran, esta opción de enoturismo es ideal si se quiere combinar la cata de estos caldos con la visita a pueblos con encanto, castillos con historia, naturaleza y por supuesto una gastronomía exquisita acompañada del mejor vino.
Dentro de la ruta de vinos por la Ribera del Duero, que abarca 21.000 hectáreas de viñedos y que supone la 3ª ruta más visitada de España, no podíamos olvidarnos de la visita a las bodegas Protos. Eso sí, hay diferentes maneras de realizar el recorrido y de llegar a los diferentes enclaves y bodegas.
Para disfrutar del enoturismo de la Ribera del Duero hay diversas opciones y todas ellas son igualmente válidas y emocionantes, siempre que se hagan con responsabilidad:
Como ya hemos apuntado, dentro de la Ruta de vinos por la Ribera del Duero, la visita a Protos es casi obligada, sobre todo si quieres conocer de primera mano por qué está entre las más visitadas de España. No en vano, durante el año 2019 recibió más de 38.500 visitas con personas de todas las nacionalidades.
Bajo el monte que corona el imponente Castillo de Peñafiel, en un enclave único, recorrerás la antigua bodega en el interior de la montaña y la nueva, con un diseño donde arquitectura de vanguardia y las técnicas mas avanzadas de elaboración se dan la mano gracias al diseño de Rogers Stirk Harbour + Partners y Alonso Balaguer y Arquitectos Asociados.
Como complemento a la Ruta de Ribera del Duero, además de su gastronomía y patrimonio, no podía faltar un recorrido para los amantes de la naturaleza. Y es que recientemente se ha incluido la visita a los 50 árboles más autóctonos de la zona. Sus dimensiones en altura y anchura, su longevidad y sus valores culturales –que van desde leyendas hasta influencias en auténticos edificios históricos– crean una ruta complementaria a las bodegas de lo más interesante.
Durante el recorrido se podrán conocer diferentes curiosidades de cada especie, yendo más allá de la mera ficha técnica que ya de por sí es interesante. Este proyecto además pretende enseñarnos valores medioambientales y buenas prácticas en un entorno natural.