España es tierra de vinos y gran consumidor de ellos.
Consumimos vinos tintos, blancos, rosados, espumosos… y todos ellos, siempre guardando su temperatura ideal para sacarle el mejor provecho.
Sin embargo, en zonas de centro Europa están acostumbrados a consumir el vino, concretamente, el tinto, en una modalidad poco usual en España…
Hablamos del vino caliente.
No hay quiosco o puesto ambulante en el centro de ciudades como Viena, Zagreb o Munich, que en época de Adviento no ofrezca vino caliente a los viandantes.
Incluso, ciudades como Londres, en sus mercadillos de navidad ofrecen esta bebida para combatir las bajas temperaturas.
Su origen parece remontarse a la época del Imperio Romano, donde se utilizaba como bebida de recuperación para los soldados en invierno, ya que reconfortaba a la vez que calentaba el cuerpo
Sí, no sólo los galos tenían su poción mágica.
El vino caliente recibe diferentes nombres dependiendo del país.
Por ejemplo, en países con un gran consumo y producción de vinos como Francia se le denomina “vin chaus” o Italia, al que los italianos del norte lo llaman “vin brulé”.
Si ya hemos podido combatir con queso y vino el día más triste del año, esta vez… ¡vamos a combatir el frío invierno con vino caliente!
Al contrario de lo que se pueda pensar, no es vino que se calienta y se consume.
El vino caliente es una bebida preparada con base de vino tinto, a la que se añade especias, azúcar, cítricos…
Dependiendo del lugar de origen, cambian los ingredientes, aunque siempre hay un elemento común que nunca varía y que es la piedra angular: el vino tinto.
Su composición le da un sabor único, y junto a la temperatura caliente con la que se sirve, hacen que sea un brebaje asombroso contra el frío del invierno.
Aunque la Navidad ya ha pasado, el frío aún perdura, y el vino sigue siendo protagonista en esta época del año.
Ingredientes y cantidades de la versión más universal:
Pero, si no te apetece ponerte entre fogones, hoy en día, existen unos preparados en bolsitas de infusión a las que solo hay que agregar vino tinto caliente, y ¡voilá!, tendrás tu vino caliente en un abrir y cerrar de ojos.