Embutidos y vino: un matrimonio de conveniencia
Los embutidos forman parte de la Marca España.
Nos encantan los aperitivos con este tipo de comida, especialmente, en el verano, sentados en una terraza y, cómo no, disfrutando de un buen vino…
Pero, ¿sabemos cómo sacar el mejor partido a cada tipo de embutido con un buen vino?
En este post, te damos la pregunta definitiva.
¿Qué vino tomar con cada embutido?
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que los embutidos suelen ser alimentos con un alto contenido en grasa y sabores potentes.
Estos dos factores van a influir en el tipo de vino que mejor los complementen, para así disfrutar al máximo tanto del embutido, como del vino, ¡Vamos allá!
Vinos tintos
Los vinos tintos nos ofrecen una amplia gama para poder elegir la mejor opción para el aperitivo.
Si ponemos el ejemplo del chorizo, un aperitivo con fuerte sabor graso y con un toque especial picante por su condimento a base de pimentón, recurriremos a un vino con cuerpo y bastante redondo, para poder equilibrar esa intensidad.
El Protos Reserva 2015 parece una opción ideal y nos hará disfrutar de un momento de placer antes del almuerzo.
Protos Reserva
Para un aperitivo a base de una carne más magra, con menos grasa y un sabor con personalidad, el tempranillo, la uva reina de la Ribera del Duero, se convierte en el ganador.
Un vino como Protos Tempranillo Ecológico 2018 es el elegido.
Si optamos por un aperitivo a base de salchichón, con un sabor intenso, pero más seco, quizá decantarnos por un vino como Protos Crianza 2017 sea el balance perfecto.
Este vino es ideal, incluso para un tentempié a base de fuet, alto en sal.
Vinos rosados
También, los vinos rosados pueden jugar con ese balance entre el picor y lo salado del salchichón, funcionando de contrapeso y aportándole el toque de frescor necesario.
Aquí, Aire de Protos o Protos Clarete son dos alternativas fabulosas para sacar el mejor partido a vuestro aperitivo.
Vinos blancos
Y si hablamos de frescura y viveza, un Protos Verdejo 2020 en la mesa acompañado de embutidos sin curar, tipo fiambre, con un sabor más ligero y suave, puede funcionar a las mil maravillas.
vinos blancos y embutidos
Vino blanco y cabeza de jabalí: parece aperitivo del olimpo.
En resumen, vino y embutido es un matrimonio de conveniencia: conviene juntarlos.
Este verano disfrutaremos de una buena terraza, temperatura ideal y un aperitivo a la altura de las circunstancias.
