En este blog nos gusta hablar de peculiaridades sobre el mundo del vino y en este nuevo post, vamos a descubrirte algunas más…
¿Existe una fobia al vino? Sí, lo que lees, existe el miedo al vino y su nombre es oerofobia o enofobia. Como todas las fobias se trata de un miedo irracional, anormal e injustificado, en este caso, al vino. Pero no hablamos solo de beberlo, la persona que la sufre, siente un miedo inexplicable simplemente, con tenerlo cerca o en su presencia.
Hemos hablado en algunos posts de como la iglesia fue el motor del vino en muchas épocas de la historia en parte debido a las guerras y prohibiciones. El uso que del vino hacían en sus ceremonias eclesiásticas permitió que este sector continuará, así como aquel que iba destinado al comercio, como por ejemplo, durante la Edad Media. Época de la historia que tuvo una gran relevancia para el sector vitivínicola.
En esta época, el agua de las ciudades era mejor no tomarla, ya que era poco higiénica y podían transmitir enfermedades. Por eso, la cerveza y el vino eran considerablemente más sanas, y todo ello gracias a sus procesos de fermentación.
Si estábamos hablando de los monasterios y catedrales como parte fundamental del crecimiento y consumo del vino, aquí, de nuevo, el protagonismo lo tienen los monjes. El estudio de los suelos de la Borgoña tuvo lugar, durante la Edad Media, con la orden del císter quien comenzó a seleccionar las mejores vides y los mejores terrenos y a practicar diferentes clases de poda.
No, el vino no tiene ninguna tonalidad, la gran mayoría de varietales que se utilizan para la elaboración del vino, tiene como resultado un mosto que es incoloro, y no importa si se trata de uvas blancas o tintas.
El color que tiene el vino proviene de la maceración que se lleva a cabo junto con los hollejos de la uva, que son los causantes de crear esos pigmentos durante la fermentación. Es por eso, que los vinos tintos consiguen esas tonalidades rojizas.
Al parecer, hacia 1660, el presidente del Parlamento de Burdeos y propietario del Château Haut-Brion, Arnaud de Pontac quien, debido a la creciente demanda de vino de calidad por parte de las clases más ricas, empezó a elaborar vinos de calidad.
Él puso en marcha algunas de las técnicas que hoy conocemos, como la selección de uvas y la crianza, y el control del rendimiento del viñedo.
Sí, sin ellas no habría vino. ¿por qué? porque gracias a ellas, existe la fermentación. La avispa suele recolectar sobre la uva, la picotea y deja dentro la levadura. Esta levadura aumenta en la piel de las variedades y es la que provoca y hace posible que comience la fermentación.