Si viajas a Estrasburgo, además de perderte por sus calles, comer en maravillosos restaurantes y disfrutar de su precioso mercadillo navideño (en caso de que vayas por estas fechas), hay un lugar muy curioso que no te deberías perder…
Se trata de la cava histórica del hospital de Estrasburgo. Un lugar, un tanto curioso, con una gran historia y en donde se exhibe el vino en barrica más antiguo del mundo.
El hoy, hospital civil de Estrasburgo, antiguamente hospital universitario fundado en 1119, alberga bajo sus pies, un auténtico tesoro…
Una cava de vinos.
Desde el siglo XIV, concretamente, el año 1395, el hospital y la cava de vinos han tenido una relación muy estrecha y te explicamos por qué.
Durante aquella época, los pacientes que necesitaban atención hospitalaria, abonaban estos servicios con terrenos de viñedo. Las uvas cultivadas en estas viñas se transformaban en vino, que después, los médicos usaban como medicina para diversas patologías.
Esto que, hoy en día, nos resultaría casi imposible, era algo muy común en Francia. Los viñedos proporcionaban los ingresos a los hospitales, y las cavas eran el lugar perfecto para mantener el vino frío.
Las bodegas eran espacios anexos, muy habituales en los hospitales del medievo.
En la actualidad, se conservan pocas, pero la cava del hospital de Estrasburgo se conserva en muy buen estado a pesar del paso de los años. Además de seguir teniendo actividad ya que se continúa elaborando vinos.
Si te acercas hasta allí, encontrarás una cava abovedada de 1.200 m2, muy bien conservada en la que enólogos locales elaboran sus vinos, envejeciéndolos en barricas de roble del S.XVIII.
El resultado: vinos alsacianos, como el Riesling seco, Moscatel dulce o la variedad de Pinot Noir más ligera, con una producción de unas 150.000 botellas al año.
Estos vinos están a la venta en la tienda de la bodega del hospital, donde se encontrarán añadas recientes y donde se pueden catar algunos vinos envejecidos.
Todos los ingresos van destinados a la compra de equipos médicos, con lo que esa relación tan directa entre bodega y hospital continúa hoy en día, aunque no en forma de tratamientos médicos.
Fue en el año 1995, cuando la bodega dejó de funcionar, debido a la Ley Évin de 1991 que contenía prácticas muy severas para evitar el alcoholismo, lo cual, que una cava de vinos estuviera en un hospital, no gustaba demasiado.
Los tratamientos con vino han estado siempre presentes en la antigüedad. Ya hemos hablado en anteriores posts del vino como solución medicinal a diversas patologías.
En este lugar, en concreto, existen pruebas de que el vino fue utilizado a modo de medicina hasta el año 1960 y que el final de estos tratamientos fue en 1990.
Para los tratamientos de vino se podían proporcionar hasta dos botellas al día de vino para tratar diversas dolencias.
Por ejemplo, sabemos que beber una botella de Châteauneuf-du-Pape era bueno para la hinchazón.
Una botella de de Côtes de Provence rosé, se usaba para tratar la obesidad.
Dos copas de Bergerac bajaban el colesterol.
Unos baños en Muscat de Frontignan ayudaba a tratar los herpes.
Y si la lívido se tenía baja, con un par de copas de Saint-Amour parecía solucionarse.
Si en el blog hemos hablado de cuál es el vino más antiguo del mundo, la cava del hospital de Estrasburgo contiene el vino almacenado en barricas más antiguo del mundo.
Este vino, que data de 1472, además de sobrevivir 6 siglos de historia, logró salir ileso del incendio que tuvo lugar en el hospital, en el año 1716 y que acabó por destruirlo.
Nueve años mas tardes, el hospital comenzó de nuevo a dar servicio.
Actualmente, la bodega cuenta con grandes barriles de madera tallados, todos ellos de los siglos XVIII y XIX. Tras una puerta se encuentra una barrica muy especial que alberga 450 litros de vino, el más antiguo del mundo.
Esta barrica solo ha sido catada en tres momentos de la historia:
Y hay quién se preguntará qué aroma y sabor puede tener este vino. Bien, se dice que este vino, que aun se puede beber, tiene notas a avellana, miel, vainilla, clavo o caramelo.
Se trata de un vino blanco seco alsaciano.
No se puede saber cómo ha ido evolucionando este vino, ya que un vino en barrica tiene un envejecimiento constante. Lo que sí se sabe es que desde que se abrió la última vez en 2015, el vino sigue conservando su esencia.
Puede percibirse un sabor a madera más fuerte, que va sutilmente graduándose.
Tiene una graduación alcohólica de 9,4% y un Ph de 2,21. E decir, nos encontramos un vino muy ácido, casi como el propio vinagre, y precisamente, gracias a esta acidez, el vino ha perdurado en el tiempo.
En el año 1994, este vino fue certificado como apto para beber, por parte de los enólogos del laboratorio Interregional de la Dirección general de la concurrencia, de la Consumación y de la Rèpression des Fraudes.
El vino ha sido trasladado de barril en 3 ocasiones.
El primer barril aguantó hasta 1718.
El segundo hasta 2014 y tras conservarlo en un tonel de metal para que no se saliera el vino, se realizó el último trasiego, en enero de 2015.
Esta última barrica tiene una duración de unos 300 años.