El pasado martes 15 de abril se celebró el Día Mundial del Arte, una fecha que nos invita a explorar la creatividad y la belleza en todas sus formas.
En Bodegas Protos, creemos que el vino es mucho más que una bebida. Beber vino es una experiencia sensorial que comparte muchas similitudes con el arte. Por eso, en este día especial, hemos querido fusionar dos mundos apasionantes: el arte y el vino.
En esta entrada, te propondremos los cinco cuadros que nos evocan cinco de nuestros vinos: Roble, Finca El Grajo Viejo, Sauvignon Blanc, Verdejo Cuvée y Aire de Protos.
Prepárate para un viaje que deleitará tus sentidos y te permitirá apreciar la belleza desde una perspectiva diferente.
«La Vendimia» o “El Otoño”, de Francisco de Goya, fue pintada en 1786. Esta obra de arte pertenece a una serie de cartones (o bocetos) sobre las estaciones del año. Fueron encargadas para decorar las paredes del Palacio Real.
Perteneciente a su periodo de influencia rococó, representa una escena campestre de otoño alegre y vibrante, con campesinos recogiendo uvas. Destaca por su colorido vivo y la energía que transmite, celebrando la abundancia y la alegría de la cosecha.
Al igual que el Protos Roble, un vino joven y lleno de vida, esta obra captura la vitalidad de la uva recién cosechada. Los tonos cálidos y terrosos del cuadro, junto con la sensación de trabajo y celebración, evocan el carácter afrutado y la frescura del Protos Roble. Un vino que invita a disfrutar del presente con intensidad.
«Felipe IV a caballo» de Diego Velázquez, pintado alrededor de 1635, es considerado uno de los mejores retratos ecuestres del pintor.
Fue encargado junto a otros cinco retratos ecuestres de los miembros de la familia real. Su objetivo era decorar el Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro en Madrid. La obra irradia autoridad y tranquilidad ante el poder. La pose dinámica del caballo y la presencia serena pero imponente del rey parecen estar inspirados en Carlos V en la batalla de Mühlberg, de Tiziano.
De manera similar, Protos Finca El Grajo Viejo, un vino de pago complejo y con una larga trayectoria que, como el cuadro, nos invita a una contemplación pausada para descubrir cada detalle. Su profundidad de sabor y elegancia evocan la tradición , al igual que la obra de Velázquez captura la esencia de una época.
Aunque Vincent van Gogh no es un artista español, su «Terraza de un café por la noche«, pintada en 1888 en Arlés, captura una escena nocturna vibrante y llena de luz, con colores brillantes y contrastantes. Esta obra destaca por el uso de colores complementarios para representar la noche, con el amarillo y naranja de las luces del café contrastando con el azul profundo del cielo estrellado.
Es la primera pintura en la que Van Gogh representó fondos estrellados. A esta le siguieron la famosa “Noche estrellada sobre el Ródano” y “La noche estrellada” que todos conocemos.
La frescura del Protos Sauvignon Blanc, junto sus notas cítricas y tropicales, recuerdan a la vivacidad de los colores del café. Su acidez refrescante, como la brisa de la noche, hacen de este vino el compañero perfecto para una velada estrellada, transportándonos a esa misma sensación de alegría y luminosidad que Van Gogh plasmó en su lienzo.
“La Anunciación» de El Greco, pintada entre 1597 y 1600, es una de las múltiples versiones que el artista cretense realizó de esta escena bíblica. Esta en particular, se encargó para el altar del Colegio de la Encarnación, un seminario agustino más conocido por el nombre de su fundadora, Doña María de Córdoba y Aragón. Por esto, este cuadro se conoce también como “Retablo de María de Aragón”
La obra destaca por sus figuras alargadas, el uso expresivo del color y la luz, y la atmósfera espiritual y sofisticada que envuelve la escena. La composición es compleja y rica en detalles, transmitiendo una sensación de elevación y misterio.
Protos Verdejo Cuvée, con su mayor estructura y complejidad, comparte esta elegancia y sofisticación. Sus matices cítricos y su textura en boca nos invitan a una degustación pausada y reflexiva, al igual que la contemplación de la obra de El Greco.
«Paseo a orillas del mar» de Joaquín Sorolla, pintado en 1909, es un ejemplo paradigmático de la luminosidad. En él, retrata a su esposa, Clotilde García del Castillo, y a su hija mayor, María Clotilde, paseando por la playa de Valencia bajo el sol radiante.
La manera en que Sorolla captura la luz reflejándose en los vestidos blancos y en el mar es excepcional, transmitiendo una sensación de alegría, calidez y la belleza de la costa española. Es una obra muy personal e íntima.
Esta luminosidad y frescura se asemejan a las características de Aire de Protos, un vino blanco fresco y vibrante que evoca la brisa marina y la luz del sol, invitando a disfrutar de momentos de alegría y luminosidad, al igual que la escena inmortalizada por Sorolla.
Ahora, cada vez que bebas una copa de estos vinos Protos, te evocarán a los cuadros de los que hablamos aquí. Porque cada sorbo de Protos y cada pincelada de estos maestros nos invitan a explorar la belleza y las emociones que el arte nos ofrece.
¿Cuál de estos maridajes te ha parecido más evocador?
¡Feliz día mundial del arte!