Los grandes clásicos de la literatura y el arte han nacido en entornos llenos de inspiración: un escritorio de roble, papel, pluma, lienzos, pinturas… y, por supuesto, una copa de vino. A lo largo de la historia, muchos escritores y artistas han encontrado en el vino no solo una fuente de creatividad, sino también un refugio en sus momentos más intensos.
Hoy, exploramos la relación entre el vino, las letras y el arte, descubriendo qué vino de Bodegas Protos podría haber sido el favorito de cuatro grandes genios.
¿Te atreves a descubrirlo?
Hemingway fue periodista, corresponsal de guerra y novelista. Con un estilo directo y conciso, nos dejó obras históricas en las que es notable su conocimiento sobre la cultura europea y su amor por la tauromaquia, la pesca y las aventuras durante sus corresponsalías en las distintas guerras.
Esta última fue una de las pasiones que le influyeron en la manera en la que escribía: frases directas, cortas y duras.
Ganó el Premio Pulitzer por su obra “El viejo y el mar” y, un año más tarde, el Premio Nobel de Literatura en 1954 por su obra completa. Nos dejó siete novelas, seis recopilaciones de cuentos, dos ensayos y una obra de teatro, aunque, de manera póstuma, se publicaron tres novelas, cuatro libros de cuentos y tres ensayos.
Hemingway pasó largas temporadas en España y disfrutaba de la gastronomía local, en la que el vino tenía un papel esencial. Por eso, pensamos que podría haber escrito cualquiera de sus obras con una copa de Protos Crianza, pues es un vino, intenso, robusto y con carácter.
Fue un dramaturgo, poeta y novelista irlandés brillante, ingenioso y provocador que dejó una huella imborrable en la literatura. Autor de “El retrato de Dorian Gray” y obras teatrales como “La importancia de llamarse Ernesto”, se convirtió en un icono del esteticismo y el dandismo, defendiendo la idea del «arte por el arte». Amante de la buena vida, el arte y el vino. Sin embargo, su vida estuvo marcada por el éxito, el escándalo y la tragedia.
En 1895 fue condenado a dos años de prisión debido a su homosexualidad y, tras salir, se fue a vivir a París bajo el nombre de Sebastián Melmoth hasta su muerte.
Wilde disfrutaba del lujo y los placeres refinados, y el vino era parte de su mundo. Por eso, sabemos que le habría encantado el Protos Reserva, un vino elegante y con profundidad, ideal para un brindis en un salón victoriano mientras se recitan aforismos brillantes.
Nacido en Málaga, Picasso fue un pintor y escultor español, un genio indiscutible del arte del siglo XX que nos dejó cuadros históricos como ‘Guernica’. Revolucionó la pintura con “Las señoritas de Avignon”, una obra que supondría el inicio del cubismo.
Además, transformó la escultura, el grabado y la cerámica, y dejó un legado que aún sigue inspirando a artistas de todo el mundo. Pero más allá de su arte, Picasso fue un amante de la vida, del Mediterráneo, de la bohemia parisina y, por supuesto, del vino, un elemento que formó parte de su entorno social y creativo.
En sus pinturas, el vino aparece como símbolo de alegría y celebración. Siempre apostó por la modernidad, por eso creemos que un Protos 27, con su equilibrio entre tradición y vanguardia, hubiera sido el claro favorito de Picasso.
El genio postimpresionista holandés fue autor de conocidas obras como “La noche estrellada” y “Los girasoles”. Su producción fue fundamental para el desarrollo del arte moderno, pero su vida estuvo marcada por el sufrimiento y la incomprensión de su obra.
A pesar de su corta carrera, sus crisis mentales y sus internamientos en hospitales psiquiátricos, Van Gogh dejó un legado impresionante: más de 800 obras y 1600 dibujos.
Tenía una relación intensa con la bebida, en especial con el vino y la absenta. Durante su estancia en París, Van Gogh solía frecuentar cafés y bares donde el vino era una constante, y en Arlés, en el sur de Francia, disfrutó de los tintos locales mientras desarrollaba su característico estilo de pinceladas vibrantes.
El vino no solo fue parte de su vida social, sino que también influyó en su arte. Durante su etapa el Arlés pintó una de las únicas producciones que vendió en vida: “El viñedo rojo”, una obra de postimpresionismo en la que se representa un viñedo en pleno esplendor de otoño, con colores rojos intensos como el vino tinto, verdes, amarillos y azules.
La vivacidad y la intensidad de las pinceladas de Van Gogh nos evocan a uno de nuestros vinos: el Protos Gran Reserva. Su estructura y madurez podrían coincidir con la profundidad emocional que Van Gogh imprimía a su obra, al igual que sus momentos de tormenta interior.
Si por un giro mágico del destino Hemingway, Wilde, Picasso y Van Gogh hubieran coincidido en un rincón del mundo, sin duda habrían brindado con una botella de Finca Grajo Viejo, un vino excepcional, potente y exclusivo, digno de una reunión irrepetible entre los más grandes del arte y la literatura.
La profundidad y carácter de este vino reflejarían la intensidad de Hemingway, el ingenio de Wilde, la pasión de Picasso y la sensibilidad de Van Gogh. Un brindis donde cada sorbo inspiraría historias, versos y pinceladas, entre debates sobre la vida, el arte y la eternidad. Porque si algo une a los grandes genios, además del talento, es el placer de compartir un buen vino.