Hoy se celebra el día internacional del disco de vinilo. Este día pretende homenajear a este clásico formato que cuenta con una gran cantidad de admiradores por todo el mundo. El vinilo es un formato considerado por los melómanos como un clásico de valor incalculable a la hora de escuchar música. Pero a veces una imagen es más poderosa que mil notas musicales, así que queremos celebrar nuestro propio homenaje al vinilo brindando por algunas de las portadas más icónicas de todos los tiempos.
La portada del último álbum de los Beatles, Abbey Road, ha trascendido durante los últimos cincuenta años, no solo por ser un disco especial y esencial en la carrera del cuarteto de Liverpool, sino por la imagen de ese paso de peatones que se ha convertido en un icono y en un lugar de peregrinación. Durante años han sido multitud de melómanos los que se han desplazado a la mítica calle de Londres a intentar reproducir la imagen del paso de peatones más famoso del mundo.
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Esta portada muestra a un bebé buceando hacia un billete de un dólar sujetado por un anzuelo. La imagen fue ideada a raíz de que Kurt Cobain vieran un documental sobre partos en el agua. Encontraron varias imágenes impactantes sobre estos nacimientos bajo el agua, pero les cobraban más de 7.000 euros, por lo que decidieron mandar al fotógrafo Kirt Weddle a una piscina de Pasadena a tomar instantáneas de una sesión de matronatación. Spencer Elden es el niño circuncidado que sale en la imagen, a la que se añadió un anzuelo y un dólar como símbolo de la perdición capitalista del hombre desde sus primeros días.
El niño de la portada ha perdido el juicio contra la banda a la que demandó para buscar una indemnización por, según dice la demanda, “los daños que ha sufrido y seguirá sufriendo de por vida”.
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Una de las portadas gráficamente más bonitas es obra de Storm Thorgerson. El autor solo recibió un único requisito que fuera una portada sencilla, atrevida y llamativa en la que no se usaran fotografías. El prisma simboliza el espectáculo de luz de los Pink Floyd y su forma triangular, algunas de las letras de Roger Waters en los que habla de ambición y codicia. ¿Una curiosidad? Entre los colores de la refracción de la luz, falta el azul oscuro o índigo.
La revista Rolling Stone incluyó esta portada entre las mejores 50 del siglo XX: The Dark Side of the Moon de Pink Floyd, el prisma que se convirtió en su sello distintivo.
Lanzado en 1973, tiene como portada una de las fotografías más icónicas de la escena musical. Hay varias teorías sobre el emblemático rayo de color azul y rojo en la cara de Bowie, para algunos simbolizaba la dualidad en la que Bowie se veía inmerso desde que supo que su hermanastro padecía una enfermedad mental y que también se trasladaba al propio color de sus ojos, distintos entre sí: el lado derecho de su cara se correspondía con su ojo sano, y el izquierdo lo hacía con el de su pupila dilatada, a consecuencia de un puñetazo recibido cuando era un adolescente. El rayo de Bowie se ha convertido en un referente de la cultura pop y la foto original se conserva en el Victoria & Albert Museum de Londres y está valorada en 3,2 millones de euros.
Bowie es sinónimo de diversión, provocación, complejidad e incluso seducción y nada mejor que nuestro Protos Clarete para acompañar a este autor de peculiar voz.
Podríamos seguir brindando por innumerables portadas icónicas del panorama internacional pero no podemos dejar de homenajear a las portadas más increíbles de la música española que son una auténtica obra de arte.
El dibujo casa perfectamente con la personalidad del grupo, príncipes del indie y estupendos creadores de personajes: un imposible cosmonauta vintage montado en un cohete/unicornio cuyo cuerno es un lápiz. Una magnífica ilustración de Sergio Mora, que le valió para conseguir un Grammy Latino en 2017.
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Las portadas de Bunbury nunca fallan. Obra del creador Álvaro P-FF, uno de los artistas más famosos en el diseño de portadas para discos españoles. Quiso darle un tono futurista al álbum de Bunbury en el que se asemeja también a un comic y donde aparece ilustrada la cara del cantante como protagonista.
Sea cual sea tu vinilo más especial, por sus letras o por su diseño, nacional o internacional, lo que está claro es que tenemos que celebrar este día internacional con un brindis por la perpetuidad del vinilo.