La utilización de la tonelería se remonta a la Antigüedad. Aunque los romanos utilizaban ánforas, “copiaron” de los galos el uso de la barrica como medio de transporte y almacenamiento de vino por todo el Mediterráneo. También se utilizaba para transportar otro tipo de productos como azúcar, aceite o cerveza, pero en la actualidad sigue siendo la barrica donde se siguen envejeciendo los vinos. ¿Por qué?
La calidad de la madera de las barricas desempeña un papel decisivo en el envejecimiento de un vino. Según el tipo de roble, su edad, el tamaño de la barrica, etc, su influencia será distinta.
La elección de la madera es una decisión importante y determina qué tipo de vino se quiere elaborar: “la madera aporta al vino taninos, sabores y aromas, así que es clave para la creación de un vino”, explica Marilena Bonilla, directora técnica de Bodegas Protos.
Habitualmente las barricas se fabrican con madera de roble francés (oxigenación del vino más pausada, aportando un sabor suave y aromas más delicados) o americano (más dura y las propiedades de la madera se transmiten con rapidez, aportando aromas más potentes). En Portugal encontramos a Tonnellerie J. M. Gonçalves cuyas instalaciones están cerca del área protegida del Parque Natural del Duero Internacional y del Parque Natural de Arribes de Duero. “Seleccionamos cuidadosamente los mejores lotes de robles francés (Quercus petraea o sessiliflora) en los hermosos bosques de Allier y Vosges. Esta madera se caracteriza por un tipo de veta fina, es decir, anillos de crecimiento visibles dentro del tronco de un árbol. Es de carácter delicado, y con un boisé muy fino, que respeta plenamente la fruta del vino durante toda su crianza”, explican desde J. M. Gonçalves.
“El roble americano (Quercus alba), procedente de los bosques de Missouri y Apalaches, se selecciona entre los mejores lotes de roble blanco americano, revelando un carácter aromático rico y complejo”, añaden. Pero además del tipo de madera, que se puede combinar como el modelo Unique Barrel de J. M. Gonçalves que mezcla 60% de americano con 40% de francés, hay otras variables importantes que tienen en cuenta los enólogos en la elaboración: el tamaño de la barrica, el espesor de las duelas (tablones) y del grano de la madera o su tiempo de secado que puede llegar a los 4,5 años.
Porque si un buen vino se hace durante mucho tiempo en barrica, su madera ha necesitado también su tiempo para crecer y para secarse naturalmente al sol. “Incluso para crear un vino podemos utilizar diferentes tipos de barricas, como en nuestro reserva, que tiene 50% barricas nuevas de roble francés, 30% barricas francesas de un año y 20% barricas americanas”, concluye la directora técnica de Bodegas Protos.