No hace falta ser un gran entendido para haber leído alguna vez en la etiqueta de una botella aquello de “crianza sobre lías”; como tampoco lo hace falta para percatarse de que suelen ser los vinos más apreciados por los consumidores asiduos y los amantes de la cultura vitivinícola. ¿A qué se debe la buena consideración de la crianza sobre lías? Es más, ¿qué son realmente las lías finas? Vamos a descubrirlo.
Se suele decir que las lías son las “madres” del vino, sin embargo, no son más que el resultado de un proceso completamente natural en el que la materia sólida se deposita en la barrica durante la fermentación del vino.
Esa materia está formada por levaduras muertas y por los restos de las propias uvas. Más allá de su composición, lo más interesante es que pueden resultar beneficiosas para el vino, aportándole mayor riqueza y untuosidad. Por lo tanto, la crianza sobre lías no solo ayuda al envejecimiento del vino, sino que lo enriquece de una manera natural.
Eso sí, no hay que confundir las lías finas con las gruesas. Estas últimas son las que se precipitan primero y se caracterizan por aportar olores más fuertes y desagradables, así como sabores amargos, de modo que han de retirarse mediante trasiegos. En cambio, las finas tardan más en depositarse y proporcionan un olor agradable y un color amarillo suave, por lo que son las utilizadas para la crianza del vino
La crianza sobre lías no es algo que se haga como capricho, sino que, como hemos apuntado, aporta algunos beneficios que conviene destacar:
Para que puedan aportar todos estos beneficios hay que emplear técnicas como el bâtonnage o bastoneo, proceso mediante el cual se levantan las lías finas del fondo con el objetivo de que entren en contacto con el vino y le cedan sus compuestos.
Esto se consigue al agitar un bastón metálico que entra por la boca de la barrica y se mueve suavemente en círculos para conseguir que las lías del fondo asciendan a la superficie. Los bâtonnage deben ser frecuentes para que las madres no se depositen; a ser posible una vez al día al principio de la crianza, y dos o tres veces por semana posteriormente, aunque cada bodega tiene sus propias técnicas.
La crianza sobre lías se usa tanto para vinos blancos como tintos. Un gran ejemplo de vino blanco sobre lías es nuestro Protos Verdejo.
Envejecido sobre lías finas en roble francés durante seis meses con frecuentes bâtonnages, este verdejo 100% se caracteriza por su gran calidad, la cual le hizo merecedor del galardón de “mejor vino blanco de España en 2019”.
Este tipo de crianza ha sido el artífice de que el Protos Verdejo destaque por su sabor ligeramente amargo y por una larga persistencia en boca; por presentar un aroma de intensidad media-alta y complejo, así como por su limpio y brillante color amarillo pajizo con matices verdosos.